En torno a “Laboratorio Arte en Confinamiento”. Un proyecto de Samuel Riera y Derbis Campos

Por: Yenisel Osuna Morales / Julio 2020

 

Revista No. 22 Programa Cuba | Perspectivas Democráticas sobre la Actualidad Cubana

UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA

SEMILLERO DE ESTUDIOS SOBRE CUBA

 

 

Sucede –parafraseo a Borges─ que los hombres cuentan con un tesoro intacto y secreto que les permite en cualquier situación, sea esta un problema personal o mundial, contemplar siempre soluciones elocuentes. A ese tesoro intacto y secreto, que no es otro que la esperanza, y a esas soluciones elocuentes estamos todos aferrados hoy, como hacía mucho tiempo no había tenido que estarlo el hombre. Dicho esto, me lleva a pensar que todo proyecto gestado en medio de la actual crisis sanitaria, es de antemano un proyecto especial, por cuanto ha debido aprender a contemplar y hacer uso de formas sublimadas de la esperanza.

 

“Laboratorio Arte en Confinamiento”, tiene como contexto la pandemia de la COVID-19. Recorrerlo es pensar que surgió y fue cobrando forma, mientras el escenario detrás era el de miles de personas debatiéndose entre la vida y la muerte; el de los hospitales sin cabida para todos los enfermos; el de Estados Unidos o Brasil enterrando a sus muertos en fosas comunes; el de los titulares en diferentes cadenas televisivas anunciando un saldo de 533 958 fallecidos o 11 418 475 contagiados (cifra que hasta la fecha de hoy continúa en ascenso). Surgió, mientras leíamos textos como “Pandemia” (Slavoj Zizek), “El privilegio del vacío como espectáculo” (Dean Luis Reyes), “La odisea de los cubanos explotados en la Rusia capitalista” –por hacer una selección arbitraria de tantísimos que se desbordan en internet. Mientras nuestras calles, a lo largo de toda la isla se iban desolando paulatinamente o, por contraste, se iban dibujando con centenares de personas amontonadas frente a las tiendas para comprar comida y aseo. Sucedía, mientras se vaciaban de productos estas tiendas y los puestos de agromercado. Mientras veíamos, leíamos, nos enterábamos de cómo el mundo y la vida adoptaban un registro tan aterrador. Un registro que iba penetrando en nuestras mentes a la manera de Nighcrawler.

 

 

En medio de este escenario se me presentaron teatrales imágenes con el rostro de Samuel Riera proyectando un grito entre contenido y liberador, y los hermosos cultivos de lentejas, que si una idea no trasmitían, era que fuesen cultivos para comer. Estas obras estaban hilándose dentro de ese gran proyecto que Samuel Riera[1] (La Habana, 1978) y Derbis Campos[2] (La Habana, 1981) llamaron Laboratorio Arte en Confinamiento y representaban dos líneas de trabajo desarrolladas de manera simultánea. Ambos artífices, por una parte comenzaron a cultivar hortalizas, vegetales y condimentos frescos en áreas que prepararon dentro del hogar. Poco a poco estos cultivos iban conformándose en lo que es hoy Envolving Natura. Por otra parte, surgían del delirio y la excitación un conjunto de dibujos, grabados, collages, esculturas realizados por Samuel y de fotografías capturadas y reveladas por Derbis, como propuestas que bajo el rótulo “Archivo” pertenecían al trabajo documental y archivístico contemplado dentro del proyecto. Cada obra, cada gesto sólo tuvieron posibilidades de una real concreción a partir de los materiales que bajo las condiciones de confinamiento podían obtenerse.

 

Valoraba Envolving Natura y “Archivo” y me parecía que la primera (los cultivos) eran el tipo de obra que proyectaba un futuro, la sintetización de una voluntad preñada de positivismo y esperanza. La fuga ¿La solución? El deseo de construir una realidad idílica. En cambio, “Archivo” y todas las piezas que lo conformaban (los dibujos, grabados, collages, esculturas, fotografías) en tanto constituían el registro de los acontecimientos del presente y partían de análisis y revisiones de la historia, eran a un mismo tiempo, la intelectualización de lo vivido y la plasmación de todo ese estrés emocional que se ha sentido en medio de la crisis y el encierro. Sus formas, las de una subjetividad a todas luces liberada.

 

 

“Archivo”, hacía uso de prácticas apropiacionistas como el reciclaje, el collage, el objeto encontrado, el ready made, la reconstrucción, la manipulación, el ensamblaje, la hibridación. Opciones factibles dentro del encierro. Capaces de resolver la urgencia del registro. Capaces de drenar sentimientos desbordados. Capaces de hallar soluciones coherentes en el acto de la creación. Cada cosa, desempolvada, recontextualizada, iba consiguiendo aquí un orden, entretanto el pensamiento que las aglutinaba sopesaba su mayor calado allá donde la historia pediría cuentas de los acontecimientos vividos los días de la COVID-19.

 

Esta condición archivista, aunque pudiera considerarse una tendencia del artista actual, para Samuel no era más que la manifestación de preocupaciones que han persistido a lo largo de su carrera. Si repasamos su pedigrí, podríamos señalar dos grandes proyectos bajo su liderazgo: “Art Brut Project Cuba” y “Galería Postal”, que junto a “Archivo”, y salvando las distancias que en muchos sentidos se dan, participan de esa vocación “compilatoria”, que es ya característica en el accionar de Riera.

 

También la idea de los cultivos encuentra antecedentes en el trabajo de este creador. En el 2019, había encausado el proyecto Picturing Climate en colaboración con un grupo de artistas, activistas e investigadores de Reino Unido, Bosnia-Herzegovina y Jordania, donde el ejercicio artístico giraba en torno a las problemáticas del cambio climático. Apoyados en las ciencias humanísticas, desarrollaron una serie de acciones con niños de escuelas primarias a los que les enseñaron nociones básicas sobre la agricultura urbana, su importancia y métodos para ponerla en práctica. La dimensión utilitaria de este gesto conseguía así su sentido más completo en una huerta que quedaba preparada y al uso dentro de la escuela.

 

 

Casi un año después, a pocos días de iniciarse el período de confinamiento en Cuba, es que comienzan a prepararse en Riera Studio los primeros brotes de lentejas. Samuel y Derbis se afanaban ahora al tema ecológico y a la agricultura urbana con una conciencia diferente, pues ya no se trababa de ubicar el pensamiento crítico en un problema de escala global. Sino que ese problema, antes visto a distancia, en perspectiva, se había colado ahora dentro del cuerpo y la mente del ser individual, dentro del cuerpo y la mente de ellos mismos. No era casual, que los brotes que se preparaban dentro de Envolving Natura eran  alimentos que ya comenzaban a desaparecer de los puestos de ventas del país.

 

Muchos recordaremos cómo nuestras ciudades se colmaron por los años 90 de organopónicos y huertas, extendidos a lo largo de las calles, dentro de las escuelas o en espacios improvisados en algún rincón apropiado de la ciudad. En algunos textos se lee, que todo comenzó por la iniciativa de algunos emprendedores que habiéndoseles colado el problema dentro, dieron con la idea del sembrado orgánico como una buena opción ante la escasez de alimentos y habiendo demostrado la valía de esta opción, llevaron al Estado a implementar políticas reguladoras, a organizar estrategias y actividades para centralizar las acciones relacionadas con el cultivo urbano y familiar. Pasada aquella fiebre, que no debió superar un período de cincos años, creo que hasta hoy, no había vuelto a advertir similar arrojo en el retomar del tema.

 

 

Si comenzamos por internet, cuantiosos son los sitios que fomentan e incitan a esta práctica de cultivar, muchos de manera tan amena y prometedora que son pocas las personas que no sienten deseos de iniciar al menos las primeras fases del cultivo. Páginas como “huertos.org”; “ecoinventos.com”; “trucosdejardineria.com”; “gardentech.com”; “ecoosfera.com”; “infocampo.com.ar”; “como-plantar.com”; “jardineriaplantasyflores.com” y tantísimas otras explotan sobremanera las posibilidades en que puede llevarse a cabo la agricultura familiar en los tiempos actuales, donde la información es más expandida, donde los recursos son más alternativos y rebuscados, donde la vida sigue encareciéndose cada vez más. Una amiga de muchos años hace unos días comenzó a sembrar en macetas: lechuga, tomate, ají y espinaca. Otra que conocí hace poco conversaba conmigo sobre las pequeñas huertas de un metro cuadrado que había preparado dentro los contornos de su patio. Incluso, mi papá. Con él, un alto porciento de las conversaciones gira en torno a sus ajíes, calabazas, frijoles, ajos…alimentos que ha sembrado en pequeños canteros y macetas alrededor de su casa.

Es así que Envolving Natura arroja luz sobre varias consideraciones. Por una parte, constituye una reflexión acerca de la importancia en términos ambientales y económicos del cultivo orgánico de alimentos; por otra, hace pensar en la historia, en sus conexiones, en la Cuba de los 90 y la Cuba de la COVID-19, en la escasez de alimentos, en las alternativas que siempre se alojan en la mente del hombre, sino como opción resolutoria, al menos como esperanza o como ilusión, incluso hace pensar en esas extrañas mezclas de desorientación, azoramiento, miedo, ilusión, confianza, todo en un mismo espacio, en un mismo pensamiento, en un mismo gesto, donde las dosis de cada cosa se calibran por igual.

 

Me viene a la mente un texto de Owen Jones publicado en The Guardian donde el periodista instaba a una reflexión con bastante lógica: “¿Por qué no tratamos la crisis climática con la misma urgencia que el coronavirus?”, cuando el saldo de muertos que ha provocado la crisis climática supera a los muertos por COVID-19. Las consecuencias masivas y mortales provocadas por lo primero, en tanto se sabe que están a décadas de distancia no se perdían de vista. Fue lo que dio pie a Zizek en su libro “Pandemia” para colocar la variable “pánico” en estas dos situaciones que planteaba Owen. ¿Por qué no se siente pánico por la crisis climática y sí por crisis sanitarias como la que vive el mundo hoy? Mientras leía esto, pensaba en Cuba, ¿de qué pánico pudiéramos hablar en Cuba? ¿Cuál crisis era la que generaba el mayor pánico? Si durante estos meses de aislamiento social lo percibido afuera, en las calles, frente a las tiendas, era un desafío abierto a cualquier probabilidad de contagio, un ir a contramarea en las aguas de la COVID-19.

 

 

Ahora, retomando el tema de Envolving Natura, lo que vemos crecer en Riera Studio no son cultivos de una huerta común. Las germinaciones de lentejas, calabazas, frijoles…han requerido un esmero extraordinario. Se ha tenido en cuenta, no solo lo relativo al crecimiento de las plantas, en términos de humedad, agua, sol, trasplantes. Sino que han debido considerarse condiciones especiales de espacio, de exposición al sol, a la humedad, condiciones especiales para el riego, siendo imprescindible velar por el comportamiento de estos cultivos en lugares tan inusuales como una mesa de estudio, dentro de estructuras de madera o sobre mallas enmarcadas como una pintura tradicional. En definitivas, ha sido necesario fijarse en todos los detalles para que el desarrollo de las germinaciones se lograra con los niveles de belleza y regularidad que hoy ostentan y para que, después de alcanzar esa belleza y regularidad se pudiera esperar de ellos el fruto deseado, el alimento deseado. Porque a la postre, de eso también se trababa.

 

Cuando recorremos todo el trabajo desarrollado en Riera Studio durante estos tres meses de confinamiento nos transportamos a un universo ideológico, imaginativo y sentimental de asombroso calibre. Riera Studio se fue convirtiendo en ese espacio que filosóficamente Bachelard analizaba como el nido del hombre en el mundo, el lugar desde el cual recobrar la confianza en el mundo, el refugio absoluto ante cualquier hostilidad. Asimismo, la búsqueda de “la primera morada” y de sus potencialidades idílicas a la que también se refería Bachelard, podía imaginarse detrás de los resultados visuales y discursivos que en su conjunto ofrecían Envolving Natura y Archivo.

 

“Archivo” era como una de esas conversaciones necesarias, que esperan a la noche para suceder, aliviar el alma y amanecer al día siguiente con la conciencia sosegada. O era como ese diario en el que se escupe con frenesí todo lo malo y lo bueno del día, porque afuera es mejor que dentro, porque dentro corroe el alma. Envolving Natura, en cambio era como el jardín, esa estructura viviente integrada a la casa, frente a la cual se podía constatar en tiempo récord el significado del crecimiento, del milagro de la vida y de la creación, era, por decirlo en palabras de Thoreau, una manera de “mirar la naturaleza por el rabillo del ojo”, y de comprender así (quizás), cuestiones o cosas infinitas.

 

En esta línea debió haber surgido el hecho de relacionar los cultivos de Envolving Natura con la arquitectura fractal. En definitivas, es esta una de las mejores formas que ha encontrado el hombre para pactar con la naturaleza desde el entendimiento, el respeto y la conciliación, sin renunciar a sus impulsos por domesticar el entorno, y lograr así un habitad humano y un habitad natural cálidamente imbricados. Esas estructuras a las que se acoplan los cultivos de lentejas, frijoles y calabazas de Samuel y Derbis, constituyen una de las más extraordinarias alusiones a la armónica integración entre habitad humano y habitad natural, que dentro del arte he podido verificar en los últimos tiempos.

 

​Imaginemos nuestro vecindario, nuestra ciudad, nuestra Isla planificada bajo los principios de lo fractal, como esas alucinantes obras que hicieron insignes arquitectos (soñadores) como Frank Lloyd Wright, Frank Gehry, Fernando Higueras, por mencionar solo tres. Imaginemos estas imágenes en la mente de Samuel y Derbis. Imaginemos cómo ellos imaginaban su vecindario, su ciudad, su Isla planificados bajo los principios de lo fractal. Imaginemos cómo iban creciendo todas las extraordinarias obras de Envolving Natura. E imaginemos el escenario detrás.

 

​Decía Zizek casi al final de su libro “Pandemia” cosas como: “(…) este no es momento de buscar alguna autenticidad espiritual, para enfrentar el abismo último de nuestro ser (…) Todo lo que pueda funcionar está permitido aquí para evitar el colapso mental (…) No piense demasiado a largo plazo, piense en el día de hoy, en lo que hará hasta que se duerma” (2020). Y así línea tras línea, una invitación diferente. Terminaba de leer esto y repasaba las imágenes de “Archivo” y Envolving Natura, casi un centenar de imágenes que recibí vía WhatsApp, cada una diferente, con alguna modificación, algún progreso, algún retoño o forma nueva.

 

[1]Artista visual

[2] Fotógrafo autodidacta y bioquímico de profesión

 

Referencias

Riera, S., Campos, D. (2020). Archivo y Envolving Natura [Imágenes]. Laboratorio Arte en Confinamiento: Riera Studio.

Zizek, S. (2020). ¡PANDEMIA!: Covid-19 Sacude al mundo. John Wiley & Sons.