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Orlando Mesa Suarez.

All the ideas are in my head

Orlando was recruited at a very young age in 1962 by the recently created Revolutionary Armed Forces (FAR) in Pinar del Río, his native city. It was an almost forced recruitment as the country needed men to face the October Crisis, also known as the Missile Crisis.

 

Orlando was fascinated by the idea of joining the Air Force, a dream that would be granted years later when he was allowed to study military aeronautics in the former Soviet Union. (...)

 

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Art Brut CUBA

¿por qué volver a interesarse por este país? Porque su naturaleza insular, su historia y su territorio, durante mucho tiempo aislado del mundo por razones políticas y económicas, hacen potencialmente de Cuba un terreno fértil para producciones realizadas al margen de toda influencia artística. Sin embargo, y por estas mismas razones, también es mucho más difícil que en otros lugares desviarse de las normas colectivas y reivindicar la singularidad en materia artística.

Art Brut CUBA propone entonces regresar, cuarenta y un años después, a este evento reuniendo una selección de dibujos y pinturas de estos creadores históricos, junto a obras de artistas contemporáneos del Art Brut, promovida por el Estudio Riera de La Habana, y presentada para por primera vez en la Collection de l'Art Brut. En total, esta vez se exponen 266 obras (dibujos, pinturas, collages, ensamblajes y adornos), así como fotografías.

 

Texto y curaduría por Sarah Lombardi, directora de la Colección Art Brut

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Lázaro A. Martínez Durán: Los antiversos de la locura.

Sin haberme leído Locura y civilización. Historia de la locura en la época clásica (1) de Michel Foulcault, ni ser especialista en la materia, tendré el atrevimiento de resumir esta patología ―es decir, la locura― en dos tipos, Que serían: la que se busca padecer, un tipo de locura “autoprocurada” (a través de drogas, estilos de vida intencionados) y la que llega de imprevisto, sin desearla.

Son clasificaciones un poco reduccionistas, de escaso fundamento, las cuales ni tan siquiera son las más coherentes con los enfoques abordados sobre el tema en la actualidad, pero que en efecto, me serán útiles para acercarme a algunas de las cuestiones que, en mi opinión, condicionan la obra más reciente de Lázaro Antonio Martínez Durán, artista brut cubano. (...)

 

Texto de Yenisel Osuna Morales

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José Grau Brito: “Socialismo y al que no le guste…”

En la vida de José Grau Brito (La Habana, 1951)[1] emergen algunos de los grandes relatos de la historia sociopolítica de nuestro país: emigración, Operación Peter Pan, UMAP, exclusión social, etc.

 

De cómo los vivió, va contando partes. Algunas todavía muy bajito, para no atraer a “los demonios” que andan todavía sueltos y poder quitarse de encima, de una vez por todas, los ojos que han estado vigilándolo durante toda su existencia.

 

Texto de Yenisel Osuna Morales

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NEWS

El artista cubano Samuel Riera habla sobre Luis Manuel Otero Alcántara: «es un artista en todo el sentido de la palabra, un eterno inconforme»

 

Observatorio de Derechos Culturales

agosto 25, 2023

 

Luis Manuel Otero y Samuel Riera (2014)

 

Hace más de una década, Samuel Riera y Luis Manuel Otero Alcántara (LMOA) se conocieron. LMOA comenzó a asistir al espacio Riera Studio, una galería taller que el artista, profesor de arte y desarrollador de proyectos dirige en el Cerro. Ya entonces, LMOA tenía una mirada crítica, inconforme, que comenzó a desarrollarse y a expandirse mientras contactaba con personas vinculadas al arte en La Habana, realizaba exposiciones e intervenía espacios oficiales. 

 

Con Riera se establecieron lazos de interés artístico, pero también de amistad, que continuaron ampliando el discurso de LMOA, sobre todo en cuanto al enfoque del arte comunitario y su influencia en los vecinos de las localidades más vulnerables y olvidadas de la ciudad. Al respecto, Riera Studio ha desarrollado una labor encomiable desde su emplazamiento en el Cerro, involucrando a vecinos, estudiantes de escuelas locales, artistas brut y outsiders, entre otros colaboradores y visitantes que contribuyen a un saneamiento físico (y mental) en los actores comunitarios. 

 

A lo largo de los años, Riera ha intentado preservar parte de la obra resultado del proceso creativo de LMOA, visibilizarla y ubicarla en el espacio legítimo que le corresponde. Con Riera conversamos sobre la trayectoria artística de LMOA, artista que cumple una arbitraria condena de cinco años de cárcel por su obra irreverente y por su activismo político.

 

ODC: ¿Cuándo y cómo conociste a LMOA?

 

SR: Conocí a Luis por el 2011. Regresaba de estar dos años fuera de Cuba y me enfocaba en abrir mi estudio como espacio de exhibición. Entonces comencé a visionar el arte joven, principalmente con un atractivo periférico, local, libre de ataduras convencionalistas, pulcras y mercantilistas. La visión de un arte fuera del oficialismo, que buscara nuevas preocupaciones u objetivos en los que enfocarse. 

 

Por ese año me tocó a la puerta un buen amigo, Carlos Pimentel, que es un escultor santiaguero. Venía con Luis. Nos presentamos y rápidamente comenzamos a conversar sobre el arte y sus intenciones en él. En aquellos momentos Luis ya había inaugurado su primera exhibición personal, Los héroes no pesan, en la galería municipal «Teodoro Ramos Blanco». Este era un espacio que siempre tuvo un enfoque hacia la escultura; gestó la Primera Bienal de Esculturas del Cerro, que creo que se mantuvo como hasta su quinta edición, porque al final estas iniciativas locales siempre tienen corto término, lamentablemente. Pero durante ese tiempo a Luis ya lo aglutinaban entre los artistas jóvenes de la localidad.

 

Desde entonces tuvimos un enfoque artístico muy concreto y una amistad gestada por los mismos intereses. Más adelante decidí ir a casa de Luis y ver con mis propios ojos su mundo personal.

 

El año 2012 marcó otra etapa. Se celebró la XI Bienal de La Habana, y yo lanzaba Riera Studio como espacio con el performance Carretillas en la ciudad. Para ello envié una convocatoria a través de correo electrónico, invitando a vender arte en carretillas.  Jugaba con las nuevas formas de emprendimiento, mientras proliferaban los carretilleros en las calles: vendiendo frutas, viandas y hortalizas. La decisión de convertir el arte en un artículo de primera necesidad, o tan necesario como la comida, pero a precios muy económicos, fue un impulso muy atractivo para Luis, que vio en ello una oportunidad para su discurso social y para llegar a más personas. Y ahí nació nuestra primera colaboración. Aún recuerdo ver bajar a Luis por la calle Belascoaín, intersección Ave. San Lázaro, con un modelo de carrito de granizados, pero lleno de Mickey Mouse. Todos los que estábamos allí nos quedamos muy asombrados de verlo. 

 

Performance Carretilla (2012)

 

Ese fue un proyecto que también chocó con el recelo de la Institución. Fuimos obstaculizados por la Oficina del Historiador, y la obra fue cuestionada por Rubén del Valle (hijo) en el Consejo Nacional de Artes Plásticas. En ese entonces Rubén me preguntó quién era Luis Manuel, y sobre su presencia en el performance, porque era el único que no era un artista graduado en un instituto de arte oficial.

 

Sin embargo, ese fue un performance que Luis pudo reorientar muy bien por el momento en que se producía. Su participación jugó un papel importante para mostrar una Cuba donde el personalismo de Fidel Castro iba quedando atrás, donde se despenalizaban actividades económicas, donde se avizoraba cierto esplendor. La venta en carretillas era una nueva modalidad dentro de los negocios alrededor del turismo, etc. Y Luis tomó esa oportunidad para aparecer con un carrito de granizados, algo muy popular, vendiendo una figura icónica como Mickey Mouse.

 

Artículo completo en (el estornudo)

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